Me he despertado un poco triste, aunque mucho menos de lo que me acosté anoche. Incluso solté una lágrima mientras me duchaba, sintiéndome impotente ante algunas cosas injustas y pensando que los malos siempre acaban saliéndose con la suya porque juegan sucio. No tenía razón, pero sí es cierto que había bebido dos (y sólo dos) cervezas de más y estaba insoportáblemente sensible.
Esta mañana he decidido no hacerme caso y ponerme a estudiar. ¡Milagro! He matado y rematado esa tristeza. Estudiar es lo que tiene, que me aísla y me calma, y luego me pone los pies en la tierra. Algunas veces demasiado, por lo que he decidido arriesgarme y despegar de nuevo cuando he visto un mensaje de Nuria y he comprobado lo bien que le va en Londres. Esa es la prueba de que algunos buenos también se salen con la suya. Después he comido judías verdes, porque si no me controlo con el peso, acabaré por no poder despegar.
Por la tarde me ha llamado Julia, y he ido a verla. Hoy es fiesta en Barcelona y no he tenido test. Hemos hablado sobre nuestro outfit del fin de semana. Julia lo tenía muy claro. Me ha dicho que "nuestra" vendimia se la imaginaba como el clip de Beirut que os enseño abajo. Ojalá sea así.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario