Samantha llegaba hoy de Marruecos. Nada más aterrizar me ha llamado contando que se había dejado el billete para ir a Valencia en preferente (esto último parece que le afectaba bastante) en Marrakesh, y necesitaba que yo se lo imprimiese y, acto seguido, cogiese volando un taxi a la estación porque si no, volvía, por enésima vez, a perder un tren.
Así lo he hecho. He llegado tan rápido que nos ha dado tiempo a comernos un Happy Meal en el McDonald's de la estación. Sam me ha dicho que me encuentra muy tranquilo, lo mismo que ha dicho A.Z. esta mañana mientras desayunábamos. Adoro a Samantha, pero es un desastre, mucho más que yo. Ahora voy a buscar a Violeta al aeropuerto, porque llega desde Alicante, y desde allí, los dos nos vamos a su casa en Puigcerdà.
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