Ayer cené caracoles y he tenido pesadillas toda la noche. Me he despertado muy temprano, estaba mareado y no he querido desayunar. En casa de mis padres he comido unas "rosquilletes", bastoncitos de pan, y me he tirado a la piscina; no he sido temerario, osado ni insolente, literalmente me he tirado a la piscina y he sido feliz. Después, silencio absoluto. Definitivamente mis padres viven en el lugar más tranquilo del mundo.
He comido escalibada. No había gazpacho. Mi madre lo detesta. No pasa nada, a mí me encanta el gazpacho Alvalle. La escalibada de mi madre está buenísima. La escalibada y la tortilla de calabacín. Todo lo demás, no tanto. He dormido la siesta y he vuelto a tener pesadillas, tantas que cuando me he despertado he bebido un litro de horchata. Después he vuelto a la piscina. Hay tanto silencio que tengo la sensación de que está a punto de pasar algo gordo. Extraterrestes, un crimen, enamorarme, no sé... pero algo tremendo y muy ruidoso.
Ahora saldré a correr un rato, no hace tanto calor y luego podré cenar lo que quiera. Ya he visto los calabacines en la cocina. Son gigantes. Mañana por la mañana estudiaré.
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